jueves, 10 de febrero de 2011

El edificio inteligente

Trabajo en un edificio inteligente.

Para ahorrar energia, en vez de tener aire acondicionado, recircula aire de fuera; en verano, por la mañana, ese aire está muy frio y al entrar te congelas, pero por la tarde no sirve de nada, y entre el calor humano, que pega el sol de lleno, y los ordenadores es un horno. Por eso me compré un ventilador.

La calefacción no sé cómo se gestiona, la verdad... pero solo os diré que a toque de 10 de febrero escribo con el ventilador puesto...

Hace poco automatizaron las luces, con detectores de presencia: cuando nadie se mueve, se apagan, y como trabajamos sentados y quietecitos, se nos están apagando continuamente, sobre todo en cuanto quedamos pocos en la ofi.

También automatizaron las persianas. Antes se abrian y cerraban con una palanca, y las poníamos según nosotros veíamos que hacía falta. Ahora las mueve un motor con detectores de luz y no sé qué movidas. A los 15 días de automatizarlas, una ventolera estropeó el sitema y la de mi ventana mas cercana se quedó abierta; casi me quedo ciega. Pero lo han vuelto a arreglar... hace días que no veo la luz del sol...

Si este edificio es inteligente, es más vago que la chaqueta de un guardia...

2 comentarios:

  1. jajajaja si es que no hay nada peor que la electrónica. Yo, si pudiera, tendría un coche a pedales. Lo siento

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  2. No, güertana, lo que pasa es que no se puede pretender que un edificio (no una lavadora, ni una sandwichera) sea "inteligente" si el que lo "inventa" no lo es...

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