Cerca de una fábrica de artículos de loza, encontré un "pedrusco" sin cocer y todavía húmedo (era como escayola pero más duro) y me dio por recogerlo y ver qué se me ocurría hacer con él. Tras un par de horas de cuchillo de cocina, aquí tenéis el resultado. Sé que no es ninguna maravilla, pero sí un buen ejemplo de por qué yo no me aburro nunca.
Me encanta, todavía estoy esperando que me hagas uno, jejeje
ResponderEliminarCarmiña: si te hago uno a ti, ten por seguro que estará todavía mejor :)
ResponderEliminarQue pena que estes lejo, te lo pasarias en mi taller chupi, ¡¡¡y con herramientas de verdad!!!!!, jejejeje. Te quedo estupendo. Besines
ResponderEliminarEres una peazo artista, pero creo que eso ya te lo he dicho.... que bonito te ha quedado.... me das envidia con esa cabeza pensante que tienes.... y esas manos que colaboran con la cabeza, claro....
ResponderEliminarBesucos.