Considerando que el año pasado me había propuesto adelgazar y que en lugar de eso engordé más aún, y hacer un determinado curso que me "hacía juego" con otro anterior y que al final ni ese ni otro llegué a hacer en 2011... va a ser mejor que para 2012 no me fije espectativas demasiado ambiciosas. Dejémoslo en poder pagar la hipoteca cada mes y ser feliz con mi familia y mi pareja. Y ya no es poco.
En el ámbito blogueril, por aquí seguiré mientras no me echen. Supongo que con más temas de bricolaje que nunca (una casa nueva a medio reformar puede dar muchísimo juego) y menos de cosas que impliquen gastar dinero, que es lo que tiene estar hipotecada hasta las orejas. De momento, tengo en el tintero publicar algunas fotillos de las vacaciones de Navidad, en especial los días pasados en Londres. Me apetece mucho ponerme a ello, pero a ver cuando tengo tiempo, que la vuelta al curro es dura...
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